martes, 8 de julio de 2008

Lectura de Hoy, que bueno es Dios

Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. --Mateo 6:34.
Una anciana frágil se cayó y se fracturó la cadera. El médico colocó los huesos lo mejor que pudo, pero sabía que le esperaba una larga e incómoda recuperación.
Al día siguiente, cuando la visitó en el hospital, la encontró con una gran ansiedad. «¡Ay doctor! --preguntó-- ¿cuánto tiempo tengo que permanecer en cama?»
Con sabiduría y amabilidad, él contestó: «Sólo un día. . . un día a la vez.»
Esa fue una respuesta sabia. Me recuerda las palabras del Señor Jesús. Él enseñó una lección similar cuando dijo: «Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal» (Mateo 6:34).
No sólo eso, sino que las preocupaciones de mañana podrían no llegar nunca. Una piadosa mujer que había vivido lo suficiente como para aprender algunas lecciones importantes dijo: «He tenido muchos problemas en la vida, y la mayoría de ellos nunca sucedieron.»
¿Estás sobrecargado de preocupaciones acerca de lo que podría suceder mañana? ¿Parecen oscuros y llenos de dificultades los días que tienes por delante? Recuerda que la gracia y la guía nos son dadas como el maná en el desierto (Éxodo 16:4): un día a la vez.
DIOS DA LA GRACIA JUSTO CUANDO LA NECESITAMOS.

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